Lunática, una experiencia especial
Si
debiésemos hacer un estudio crítico; por encima de todos los aspectos que
pueden enfocarse en una novela, deberíamos basarnos en el discurso, y cuando
hablamos de discurso nos referimos al modo de decir y a su efecto, en este
caso, de lograr un grado extremo de verosimilitud.
La verosimilitud en literatura, se puede
alcanzar por varios caminos: por el argumento, por la transcripción exacta de
datos, por el engranaje exacto de las partes, pero en definitiva, cuando
hablamos de verosimilitud estamos hablando de hacer creíble algo. No importa
que se trate de algo que en verdad es, sino que se cree en ello.
Y la mayor capacidad de verosimilitud en
el estilo de Mariana Ducros, está en el discurso; en ese modo de decir que hace
humanos a sus personajes. No estamos leyendo, sino que estamos oyendo, y cuando
se oye “existe”.
La autora puede ingresar al mundo etario
de sus personajes a través del habla. Y desde el habla abarca no solo la
circunstancia del argumento, sino la historia social, económica y cultural de
ese personaje. El habla es para nuestra
autora la pista de despegue para acceder al argumento.
Sus personajes primero hablan, después
actúan. No es el famoso “Pienso, por lo tanto existo”. En este caso, es “Hablo,
luego existo”.
Otro aspecto importantísimo es la
construcción minimalista, donde no necesita ahondar en adjetivación ni en
demasiadas explicaciones para llegar a la acción. Cada párrafo es un pequeño
mundo en sí mismo; acabado argumental y estéticamente aunque desconozcamos la
totalidad de la historia, en cada párrafo, tenemos flashes completos de sus
partes.
Y
¡¿Qué decir del argumento especial que nos trae: Lunática?!
Con la sugerente y especialísima
ilustración de tapa, a cargo de Andrés Miguens, tenemos un anticipo sobre el tema:
la licantropía. Palabra que deriva del griego Lykos (lobo) y antropos (hombre).
Lo que vulgarmente conocemos como “hombre lobo”.
La
licantropía es un fenómeno psíquico que afecta la conducta del individuo y que
produce cambios morfo genéticos del ADN que afectan no solo al cuerpo sino a la
razón y al alma.
Existe otra etimología, de carácter
folclórico que conecta la palabra a Licaon, quien fuera rey de Arcadia, el que
según el poema Metamorfosis, de Ovidio, fue convertido en lobo furioso por
Zeus.
Sea cual fuere el origen, está relacionado
con el cambio en el cuerpo y en las costumbres, en forma temporaria,
especialmente activada con el poder majestuoso de la luna llena.
En el caso de Lunática, con gran habilidad, la autora, tomó el término para el
título, como un aviso de lo que está por suceder en ciertos momentos de la vida
de una adolescente, que influenciada por la acción de la luna, tan cercana a
los ciclos femeninos, padece de ciertos trastornos que transforman su vida.
Mariana
Ducros juega con la metáfora de la licantropía en una coordenada atravesada por
los ciclos biológicos y la sustancia de
la leyenda.
Hay novelas sobre las cuales se puede
argumentar mucho y pueden ser atravesadas por las palabras; otras, como en el
caso de Lunática solo tienen una
opción: en lugar de leerla hay que llevársela puesta.
Como lector lobo, uno se convierte bajo el
influjo de Lunática, en una adorable adolescente atravesada por el amor. Esa es
la gran metamorfosis.
¿Quién no quisiera esperar la próxima luna
llena para semejante milagro?
Pero a no desesperar: basta con abrir el
libro.
¡Gracias
Mariana!